La Novia Equivocada Novela de Day Torres

Capítulo 185



Capítulo 185

ATRACCION PELIGROSA. CAPÍTULO 34. Feliz aniversario

Viajar a Ucrania no era el problema, Nahia estaba divirtiéndose en grande, pero Aaron sabía que no la tendría nada fácil cuando aquellas dos leonas se juntaran.

Para empezar, la tranquila y amable bienvenida que le había prometido su padre en la mansión Orlenko, ya era una fiesta en toda regla.

-Me dijiste que ibamos a hacer algo tranquilo -acusó Aaron a su padre y Jake se encogió de hombros.

-¡Es que yo no sé para qué me crees si en esta casa manda tu madre! -replicó él, abrazando a su hijo y a su nuera con alegría.

Por su parte la abuela Katerina le dio a la muchacha un abrazo apretado y luego Diana casi le saltó al cuello dándole un par de besos. Las chicas se saludaron con efusión y antes de que pudieran dar dos pasos más dentro de la mansión, Nina Orlenko salió a recibirlos.

Nahia pasó saliva porque no se podía negar que era una mujer imponente. Solo le faltaba la palabra PODER tatuada en la frente pero casi que la exudaba.

-Solo me gustaría saber por qué uno de mis hijos tuvo un tabique desviado -dijo Nina y Aaron se pudo pálido. ¿Por qué demonios golpeaste a mis muchachos con un sartén?

Nahia abrió y cerró la boca varias veces y después se le salió una mueca inocente.

-Bueno… es que… eso era lo más pesado que tenía en el momento -respondió y Nina miró a Diana, que le dio un codazo y le hizo un guiño.

-Tenías razón, esta no se quiere la vida. ¡Qué linda, me encanta! -se rio Nina.

-¡Te dije! -exclamó Diana-. Tóxica familiar… mujeres unidas…

-Ya, ya, cálmate mujer maravilla -Nahia le sacó la lengua y fua a abrazar a la mami suegri.

Después de eso la tropa femenina se la llevó a conocer a todos y Aaron se quedó atrás con su padre. - ¡Estoy jodido! ¿verdad? -murmuró.

-Muuuy jodido.

-Espérate, déjame ver si la puedo alcanzar sola y le digo que no se entusiasme mucho -dijo Aaron apurado.

-¿Y tú crees que funcione? -se burló Nathan-. Hijo dios les dijo que no comieran del fruto prohibido y ellas se lo tragaron. Si no le hicieron caso a dios, ¿crees que te van a hacer caso a ti? 3

-¡Pero es que estas locas ya están sacando el vodka!-se quejó Aaron.

-¡Pues ya es tarde, esas beben como piratas del Caribe! ¡Le doy una hora a tu novia! -se burló su padre y en efecto, una hora después Nahia caminó hacia él como Bambi recién nacido.

Aaron jamás en su vida la había visto tan linda y tan divertida, se notaba que estaba en su ambiente. Y para su sorpresa, su madre su abuela y el resto de la comitiva no estaba mejor.

-Nena… emborrachaste a mi mamá.

-¡Psssssss claro! -replicó Nahia-. Esssss que mami suegri se cree muy inteligente… Mmmme dijo que íbamos a jugar uuuuun juego de beberrrrrr… y que ella se tommmaba dossss tragos por cada uno que yo

me tomara…

Ella terminó riendo y Aaron apretó los labios para contenerse.

-¿Y tú qué hiciste, amor?

-Shshshshshs, no lo digas, pero yo tiré tres tragos por cada uno que me tomé… -susurró Naha con complicidad y él estalló en carcajadas al darse cuenta de cómo Nahia había emborrachado a una veterana como su madre.

-Eres la muñequita más inteligente del mundo. ¡Le ganaste a la Mariposa! ¡No te acuerdas, pero le ganaste!

Aun así ninguna podía caminar derecho, así que Aaron y Jake cargaron cada uno a su mujer para llevárselas a sus respectivas habitaciones mientras el resto seguían festejando.

Aaron le dio un baño y Nahia parecía niña en carnaval, ebria y alborotada.

-¿Tú no te piensas dormir? -la regañó Aaron cuando la vio haciendo aquel intento de baile sensual en la

cama.

-Noooo no no no no no… Yo quiero ssssexo -declaró Nahia tirando de él para hacerlo caer de espaldas en la cama. All content is property © NôvelDrama.Org.

-¡Oh! Fuertes declaraciones. Ebria y resbalosa, me gusta. ¿Y cómo lo quiere la princesa? -preguntó Aaron.

-Ssssssucio dijo ella haciéndole un guiño… con los dos ojos. (1)

Si qué tan sucio? -Aaron estaba al borde de la epilepsia por risa.

-¡Pues qué sé yó…! ¿Cómo es el sexo sssucio, Robocop? ¡Pues nalguéame o algo, amárrame, háblame como si fuera tu perrrrrita o algo…!

-OK. ¡Nahia! ¿¡Por qué te has cagado en la alfombra!? ¡Al patio! ¡Andando! ¡Castigada! -gritó Aaron y Nahia hizo un puchero antes de sacarle la lengua. ¿Quéeeee? ¡Eso contó como regaño a mi perrita! -

Eres un odioso… pero están muy bueno -murmuró ella recostándose en su pecho mientras los ojos se me cerraban-. Mañana cuando se le pase la borrachera… te voy a dejar inválido….

Aaron se ahogó de la risa y esperó a que se durmiera para darle la vuelta y acurrucarla entre las mantas. Se quedó mirándola mientras le babeaba la almohada y sonrió sabiendo que amaba a aquella chica con todo su corazón.

Al día siguiente por supuesto que ella no lo despertó con sexo ni sucio ni limpio, porque la resaca se la encontró junto con Nina y el resto de las piratas del Caribe en la terraza, tomando café porque parecía que sus vidas dependían de eso.

-Niña… creo que eres peor de lo que todas aquí pensamos -murmuró Nina poniéndose una bolsa de hielo sobre la cabeza-. Bienvenida a la familia… y no bebo más contigo.

-Gracias mami suegri… te agradezco la cortesía… pero la idea de no beber más… está genial…

Conocer realmente a los Orlenko fue una experiencia espectacular para Nahia. Eran muchos, entre tíos, primos, hermanos, amigos. Porque algo que los Orlenko tenían de especial, como los King, era que los amigos también eran parte de la familia, tal como si fueran de sangre.

Aquel fin de semana Nahia disfrutó como ella nunca había imaginado. Los Orlenko realmente tenían una forma de vivir única, llena de alegría y risas, y eran asombrosos con su hospitalidad y amabilidad.

Estuvo rodeada de todos aquellos nuevos primos y amigos, disfrutó compartiendo con ellos partidas interminables al póker o juegos de beber con la mami suegri, y por la noche les contaban historias terroríficas a los niños para que se fueran a dormir temprano.

Por supuesto que la idea de juntar a ambas familias era atractiva pero al mismo tiempo preocupante.

-¿No te enojas si te digo algo? -preguntó Nahia mientras regresaban a casa en el avión.

-Bueno, espero que no. ¿Qué pasa? -respondió Aaron arrugando el ceño.

-Creo que todavía no es momento de poner en un mismo espacio a todos los King con todos los Orlenko–murmuró Nahia y Aaron levantó las manos al cielo.

-¡Gracias Dios, que me la diste inteligente! -suspiró- Estaba a punto de decirte lo mismo, nena. Yo adoro a mi familia, tú adoras a la tuya, pero si por separado ya son bien intensos, no quiero imaginarlos juntos… al menos no todavia… ¿quizás para la boda?

Nahia se quedó paralizada y sus ojos se clavaron en los de Aaron.

-¿Quieres que nuestras familias se conozcan en nuestra boda? -murmuró, porque eso significaba que él había estado pensando en su relación mucho más a futuro de lo que ella imaginaba.

-¿Demasiado pronto?-se corrigió él-. ¿Mejor cuando venga el primer nene?

Nahia casi se atragantó con su propia lengua, pero finalmente logró asentir, intentando esconder aquella

sonrisa.

-Si… mejor con el segundo nene -respondió antes de acurrucarse contra él y saborear la hermosa felicidad que tenía entre las manos.

De ahí en adelante las visitas a Ucrania se hicieron frecuentes, tal como las reuniones de los King.

Nahia y Aaron buscaban la forma de verse tan a menudo como podían. Finalmente terminaron rentando un pequeño y romántico departamento a medio camino entre Oxford y Londres para que los dos tuvieran que viajar menos cada día y así poder vivir juntos.

Era un cambio considerable para los dos, pero pronto se encargaron de hacer del lugar un hogar acogedor.

Todo iba bien entre ellos, era hermoso estar juntos y Aaron no tardó en aprender la técnica de la sartén, así que de cuando en cuando también Nahia tenía que salir corriendo.

La vida era simplemente maravillosa, pero Nahia no entendió cuánto hasta que un día llegó a casa y al abrir la puerta se quedó sin palabras. El techo estaba lleno de globos flotantes en rojo y dorado. Había un camino cubierto con pétalos de flores que iba directamente a la terraza y ahí, en medio de aquel atardecer hermoso, estaba él.

-Aaron, ¿qué pasa? -murmuró conmovida porque todo era muy hermoso.

-Pues creo que hoy es nuestro aniversario -respondió él y Nahia abrió los ojos asustada. ¿De verdad lo había olvidado?

-¿En serio…? ¡No puede ser, cómo no me acordé…! Espera ¿tenemos aniversario? -murmuró ella y Aaron sonrió porque amaba ese despiste más que a nada en el mundo.

Se acercó a ella y la rodeó con sus brazos para estrecharla contra su pecho.

-Exacto, no pusimos fecha a nuestro inicio, así que yo estoy declarando que el día de hoy es nuestro aniversario–sentenció Aaron-. De cualquier forma ya pasó más de un año y medio desde que nos conocimos. Así que creo que es hora de ponerle a esto una fecha importante que vamos a recordar por el resto de nuestras vidas.

Nahia lo besó despacio y le acarició la nuca con un gesto sensual.

-¡Uyyyyy! Eso sono serio -susurró sobre sus labios.

-Es porque es muy serio, nena -dijo él, se separó un poco para mirarla a los ojos y tomó una de sus

manos para poner en ella una cajita.

Por un instante el corazón de Nahia se detuvo, tan lleno de emoción que creyó que iba a explotar.

Abrió la cajita y dentro había un anillo precioso con un diamante que destellaba al sol del atardecer. Sus

ojos se humedecieron, pero cuando buscó los de Aaron solo vio determinación en él.

-¿Nahia, me quieres casar conmigo? -preguntó y la muchacha sintió como si el suelo se moviera bajo

sus pies.

Aquel momento era perfecto y sentia que se iba a poner a llorar de un momento a otro hasta que Aaron le recordó algo importante.

-Este amor… se supone que me contestes….


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