Amor en Bucle con el Señor Bécquer

Capítulo 350



Capítulo 350

Capitulo 350 Era una noche oscura.

Clara recibié una llamada, era de Fatima, la hermana de Raul. Entre sollozos, Fatima suplicd, “Clara, jmi hermano esta muriendol ,Podrias despedirte de él una ultima vez?”

Clara se quedo en shock por un momento. La Ultima vez que vio a Raul fue en el dia de la celebracion escolar.

Fatima lloraba diciendo: “Tuvo un accidente de auto! Esta en las ultimas, pero sigue llamando tu nombre. Todavia sostiene la cadena de la buena suerte que te regalo".

El teléfono de Clara se le escapo de las manos.

En la madrugada, se presentd en el hospital vestida de negro. Raul, al final, no pudo esperarla. Una sabana blanca cubria su rostro.

La familia Guzman lloraba dentro, desconsolada, Independientemente de lo que se pudiera decir sobre Raul, siempre habia sido el pilar de la familia, y ahora se habian quedado sin él.

Al ver a Clara, Fatima comenzo a llorar atin mas fuerte. “Hermano, Clara esta aqui!” Clara se acercé lentamente.

Bajo la luz brillante, levant6 suavemente la sabana blanca. El rostro de Raul habia sido limpiado, lucia palido, pero igual a como. siempre lo recordaba.

Clara acaricié suavemente su rostro, murmurando: “Rati, todo lo que pas6 entre nosotros ya es historia. Ya no te guardo rencor. ~Por qué tuviste que hacer esto?”

El accidente ocurrid cerca de su casa. Cuando lleg6 la ambulancia, el sostenia el regalo de Clara en la mano. Clara sintid una complejidad inexpresable en su corazon.

Ella habia amado a Raul y también lo habia odiado profundamente, pero ese amor y odio desaparecerian con la muerte de Raul, y no habria mas Ratl en este mundo.

Las lagrimas rodaron por sus mejillas...

Ella lentamente cubrio el rostro con la sabana y susuno: “Adiés, Rati,” Clara no se qued6 mucho tiempo, se fue rapidamente.

En el pasillo, Fatima la alcanzo.

**Claral”

Clara se gird.Belongs to NôvelDrama.Org - All rights reserved.

Fatima se acerco lentamente, su voz quebrada por el llanto. “Antes de irse, mi hermano me pidié que te diera esto. Dijo que queria que lo vieras.”

HEY

Un amuleto de la suerte y una llave.

Fatima se cubrié la boca. “Mi hermano pidié un amuleto de la suerte para ti, pero no pidié uno para él,” Clara tom6 silenciosamente los objetos.

Fatima se sono la nariz y continud: “Clara, mi mama no puede soportar la vergiienza. Me pidid que te pidiera disculpas. Dice que, si ella hubiera podido convencer a mi hermano en ese entonces, tal vez tU y el podrian haber sido felices. A él... le gustabas, Clara. Lo que mas temo es que no creas que él te queria... Ha tenido un mal momento

realmente

todos estos afios*.

Capitulo 350

Clara también lo habla pasado mal.

éQuién no lleva consigo las cicatrices de su primer amor?

Y su final habia sido tan tragico.

Clara se subi6 al auto. Fran, al ver su expresion, pregunto con suavidad, “Sefiora, gvolvemos a casa 0...?” Clara bajé la cabeza.

En su manc estaba la llave.

Ella respondio suavemente, “Quiero ir a un lugar.”

Fran no hizo preguntas y condujo directamente a un antiguo barrio en el este de la ciudad. Se quedé en el auto, esperando, mientras Clara subia sola.

Hace muchos ajios, la familia Guzman se habia quedado sin nada y habia vivido aqui temporalmente. Ocho personas de la familia Guzman vivian en un espacio de solo 80 metros cuadrados.

En aquel entonces, Clara venia a menudo para cocinar para Raul, Siempre estaba muy ocupado...

Cuando volvia a casa, ella solia estar durmiendo en la mesa de la cocina.. Aqui estaban todos sus recuerdos de juventud.

Abrio la puerta, el interior no habia cambiado mucho desde entonces, solo se habian afiadido algunas cosas. Se podia ver que alguien venia a limpiar con regularidad, incluso habia un tazon de fruta fresca en la mesa.

En la pared colgaba un gran retrato.

Era una foto de ellos en la escuela.

Clara, a sus 20 afios, le confeso su amor a Rail...

Junto a la cama en el dormitorio, habia otra foto de ellos dos.

Clara se quedo en silencio un rato, luego fue a la cocina y abrié la nevera. Habia muchas frutas y verduras. Saco algunas y preparo dos platos sencillos y una sopa, los favoritos de Raul.

Cuando termin6, puso la comida en la mesa. Clara pens6 que, si los espiritus existieran, 6! volveria a casa para comer. Alirse, Clara dejé la llave.

No volveria.

Mientras bajaba las escaleras, el viento frio de la noche le golpeaba la cara.

Clara no sabia si su vida hubiera sido mejor si Raul no la hubiera traicionado en aquel entonces, pero ella sabia que todas las decisiones que se tomaban eran irreversibles. Amaba a Raul, pero al final, lo Unico que podia hacer por él era prepararle una ultima cena...

Al llegar al primer piso, habia un caos.

Miriam estaba alli, junto con varios miembros de la familia Guzman, especialmente Fatima que agarraba a Miriam y gritaba “|M hermano ya se ha ido, Miriam, qué mas quieres?".

Miriam parecia un alma en pena. Estaba tan alterada que su pecho subia y bajaba rapidamente, mirando fijamente a Clara y exclamando: “El murié por

“Vino a verme para interceder por ti! Luego fue a verte y hasta el final estaba pensando en ti... Mantuvo este lugar impecable, venia cada semana a limpiar y esperaba... Clara, galguna vez pensaste en él?”.

Miriam estaba desesperada y celosa.

Parecia haber perdido la razon, mientras todos a su alrededor trataban de contenerla Clara se mantuvo serena y afirmé: “jMe case!*.

Una vez casada, ¢como podria seguir pensando en su antiguo amante?

Ratil habia muerto...

Quizas sentia un ligero dolor, quizas estaba un poco triste, pero no podia corresponder con la misma intensidad de sentimientos. Lo que se perdid, se perdi para siempre, sobre todo considerando lo que Raul habia hecho a la familia

Castillo.

Fran abrié la puerta del auto para ella.

Clara subi6 al auto, con la punta de la nariz roja, y susurro: ; Vamos!". El auto negro se alejaba lentamente.

Miriam atin estaba alli, haciendo un escandalo. No entendia por qué, si ella habia sido la ultima en estar con Raul, el seguia pensando en Clara. La familia Guzman le habia dado a Clara lo que Raul mas valoraba.

La lluvia arreciaba en la noche de otofio.

Miriam cay6 de rodillas al suelo, sollozando desconsolada...

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