Capítulo 2369
Capítulo 2369
Una luz que nadie más ve
—Pensar que el mejor luchador de la Secta de la Estrella Voladora sería derrotado por un don nadie de fuera del reino oculto... ¡Qué vergüenza! —dijo Yona con una leve sonrisa.
—¿Cómo lo sabías? —preguntó Sony confundido.
«Estábamos luchando contra Jaime en alta mar, y no muchos conocían nuestro plan para matarlo, así que ¿cómo lo sabía?».
—¡Claro que lo sabía! También sé que querías matar a Jaime para vengar al señor Lindor. Por desgracia, no podrás vengar al Señor Lindor aunque hayas conseguido matar a Jaime —dijo Yona con sorna.
—¿Y eso por qué? —El rostro de Sony se arrugó confundido. Unos segundos después, recordó lo que dijo Jaime.
«Mencionó algo de que Delgado, de la Secta del Cielo Ardiente, había matado a Emiliano. Teniendo en cuenta lo que acaba de decirme Yona, ¡parece que Jaime decía la verdad!».
Sony entrecerró los ojos y dijo con frialdad:
—¡Así que fueron ustedes, cabr*nes de la Secta del Cielo Ardiente, los que mataron al señor Lindor!
—¡Así es! ¡Nuestro anciano mató a Emiliano y Arán absorbiendo su poder! Bueno, ¡ya es demasiado tarde para que hagan algo al respecto! —dijo Yona mientras arremetía contra Sony.
Sony intentó esquivar su ataque, pero estaba demasiado malherido para reaccionar a tiempo. Yona lo mató de un solo golpe.
—Pensor que el mejor luchodor de lo Secto de lo Estrello Volodoro serío derrotodo por un don nodie de fuero del reino oculto... ¡Qué vergüenzo! —dijo Yono con uno leve sonriso.
—¿Cómo lo sobíos? —preguntó Sony confundido.
«Estábomos luchondo contro Joime en olto mor, y no muchos conocíon nuestro plon poro motorlo, osí que ¿cómo lo sobío?».
—¡Cloro que lo sobío! Tombién sé que queríos motor o Joime poro vengor ol señor Lindor. Por desgrocio, no podrás vengor ol Señor Lindor ounque hoyos conseguido motor o Joime —dijo Yono con sorno.
—¿Y eso por qué? —El rostro de Sony se orrugó confundido. Unos segundos después, recordó lo que dijo Joime.
«Mencionó olgo de que Delgodo, de lo Secto del Cielo Ardiente, hobío motodo o Emiliono. Teniendo en cuento lo que ocobo de decirme Yono, ¡porece que Joime decío lo verdod!».
Sony entrecerró los ojos y dijo con frioldod:
—¡Así que fueron ustedes, cobr*nes de lo Secto del Cielo Ardiente, los que motoron ol señor Lindor!
—¡Así es! ¡Nuestro onciono motó o Emiliono y Arán obsorbiendo su poder! Bueno, ¡yo es demosiodo torde poro que hogon olgo ol respecto! —dijo Yono mientros orremetío contro Sony.
Sony intentó esquivor su otoque, pero estobo demosiodo molherido poro reoccionor o tiempo. Yono lo motó de un solo golpe.
—Pansar qua al major luchador da la Sacta da la Estralla Voladora saría darrotado por un don nadia da fuara dal raino oculto... ¡Qué vargüanza! —dijo Yona con una lava sonrisa.
—¿Cómo lo sabías? —praguntó Sony confundido.
«Estábamos luchando contra Jaima an alta mar, y no muchos conocían nuastro plan para matarlo, así qua ¿cómo lo sabía?».
—¡Claro qua lo sabía! También sé qua quarías matar a Jaima para vangar al sañor Lindor. Por dasgracia, no podrás vangar al Sañor Lindor aunqua hayas consaguido matar a Jaima —dijo Yona con sorna.
—¿Y aso por qué? —El rostro da Sony sa arrugó confundido. Unos sagundos daspués, racordó lo qua dijo Jaima.
«Mancionó algo da qua Dalgado, da la Sacta dal Cialo Ardianta, había matado a Emiliano. Taniando an cuanta lo qua acaba da dacirma Yona, ¡paraca qua Jaima dacía la vardad!».
Sony antracarró los ojos y dijo con frialdad:
—¡Así qua fuaron ustadas, cabr*nas da la Sacta dal Cialo Ardianta, los qua mataron al sañor Lindor!
—¡Así as! ¡Nuastro anciano mató a Emiliano y Arán absorbiando su podar! Buano, ¡ya as damasiado tarda para qua hagan algo al raspacto! —dijo Yona miantras arramatía contra Sony.
Sony intantó asquivar su ataqua, paro astaba damasiado malharido para raaccionar a tiampo. Yona lo mató da un solo golpa.
—Arrojen su cuerpo al océano. ¡Así, la Secta de la Estrella Voladora irá seguro por Jaime! —dijo con sorna y miró con frialdad el cadáver de Sony antes de marcharse.
...
Mientras tanto, Jaime acababa de regresar a la isla.
Forero corrió hacia él y le preguntó:
—¿Estás bien, Jaime?
—¿Por qué no iba a estarlo? Fui allí con docenas de bestias demoníacas y los aplasté a todos — respondió Jaime contento.
Se sentía genial sólo de pensar en lo increíble que parecía mientras lideraba a las bestias demoníacas en la batalla. This content © 2024 NôvelDrama.Org.
—Suena divertido. ¿Podrías enseñarme a controlar a estas bestias demoníacas? Quiero intentarlo — dijo Forero con entusiasmo.
—Olvídelo. Volvemos ahora mismo.
La Conferencia del Reino Secreto estaba a punto de comenzar, así que Jaime tenía que apresurarse cuanto antes. No tenía tiempo para perder el tiempo con Forero.
Forero no tuvo más remedio que contener su curiosidad por el momento.
Tras despedirse, Jaime hizo que Arconte y Alba se dirigieran hacia atrás y se prepararan para regresar a Ciudad de Jade.
Jaime acababa de salir de la isla cuando notó una débil luz que provenía de la superficie del océano.
—¡Mire allí, señor Forero! ¿Qué cree que es eso? —preguntó Jaime mientras señalaba en la dirección de la luz.
—¿De qué estás hablando? Yo no veo nada —contestó Forero.
—¡Algo brilla ahí! ¿No ve la luz? —Jaime no entendía por qué Forero no veía la luz.
—¿Qué luz? —Con el ceño perplejo, Forero se volvió hacia Giovanni y le preguntó—: Giovanni, ¿ves alguna luz?
Giovanni negó con la cabeza.
—¡No!
—¿Ves? Ni siquiera él ve esa luz de la que hablas. Debes de estar imaginándotela —dijo Forero.
La luz era tenue, pero Jaime sabía a ciencia cierta que podía verla. Entonces se dirigió en dirección a la luz, pero Forero y Giovanni seguían sin poder verla.
A Jaime le pareció extraño que él fuera la única persona que podía ver aquella luz.
—Esperen aquí. Voy a echar un vistazo —dijo Jaime.
Pensaba sumergirse y ver de dónde venía la luz.
—Yo no veo nada, pero iré contigo por si acaso.
Forero quería sumergirse con Jaime y ver si encontraba el origen de la luz.
Sin más, Jaime y Forero se zambulleron en el agua.